Aunque el Swatch x Omega MoonSwatch aún no ha tenido la oportunidad de viajar al espacio, ya se ha hecho un nombre en el mundo de la relojería. En sólo ocho meses, el reloj, que se inspira en los diseños de los astronautas, ha vendido un millón de unidades. Esta información procede directamente de Nick Hayek, CEO del Grupo Swatch, en una reciente entrevista con Andrea Martel, del Neue Zürcher Zeitung, en preparación de los resultados anuales del Grupo.
El MoonSwatch es sin duda el mayor lanzamiento relojero de esta década, no sólo por su efecto sorpresa, sino también por su impacto en el mercado. A pesar de que es difícil comprar un MoonSwatch en las tiendas Swatch, ya que los once modelos únicos, cada uno asociado a un planeta y a un color, no están disponibles en línea. Nick Hayek había declarado anteriormente: "No creo que haya habido nunca un nombre de reloj tan rápidamente conocido en el mundo. Seguimos nuestros instintos, nuestras ideas, confiamos en la creatividad y la potencia industrial del grupo, y lo preparamos todo en el mayor secreto. Cuando salió el Covid, queríamos ofrecer a los consumidores un producto divertido, de alta calidad, fabricado en Suiza, con un verdadero valor añadido y sin alternativa. Es un Omega, pero sigue siendo un Swatch.
Los resultados están a la vista, con unas ventas muy por encima de las previsiones y un precio que duplica el de un Swatch biocerámico estándar. Según el experto en relojería Olivier Muller, este lanzamiento excepcional reportó al grupo casi 200 millones de francos suizos (199 millones de euros) el año pasado. Y lo que es más importante, el lanzamiento ayudó a revitalizar las debilitadas boutiques Swatch, al tiempo que rejuveneció la base de clientes de Omega. También introdujo a una nueva generación en el patrimonio espacial único del reloj que acompañó oficialmente a los astronautas estadounidenses en la conquista del espacio.
La producción del MoonSwatch también se ampliará, con dos centros de fabricación separados en Suiza, en Grenchen y Bettlach. Esto es tanto más notable cuanto que estos MoonSwatches se siguen fabricando en Suiza, exactamente cuarenta años después del lanzamiento del primer Swatch en 1983. Esto demuestra la capacidad del Grupo para mantener su visión inicial de salvar la relojería Swiss Made de la competencia japonesa, al disponer tanto de marcas potentes y de renombre como de una completa infraestructura industrial para producir y comercializar relojes fabricados en Suiza en grandes cantidades.
Con motivo de la celebración del 40 aniversario de Swatch a principios de marzo, estamos impacientes por ver qué colaboración sorpresa nos tiene preparada Swatch para este año. ¿Será un Omega Seamaster James Bond, un Blancpain Fifty Fathoms, un Breguet Type XX, o incluso un Audemars Piguet Royal Oak? Las posibilidades son infinitas...